Una analogía de la meditación

Meditacion de conductorMeditacion 1920 scaled - Una analogía de la meditación

Montaje realizado con imágenes de Pixabay

Meditar y conducir un vehículo

Cuando conducimos nos limitamos a observar a través del parabrisas la carretera y los eventos de la misma, incluidos el tráfico, mientras estamos sentados y relajados. Cada momento cambia, por una curva, un adelantamiento; vamos reaccionando en función de la forma de la carretera intentando anticipar los acontecimientos y vamos interpretando el viaje por las señales fijas, el tráfico, las señales de los otros vehículos, incluso a la forma de comportarse de estos le apegamos un alma y un carácter. A su vez y paralelamente vamos manejando nuestro vehículo con los pedales y las manos cambiando la velocidad y dirección atentos a la señalización, tráfico e instrumentación. Es una tarea compleja que de forma controlada y relajada se disfruta, principalmente porque manejamos la conducción con autoridad y seguridad, podemos incluso disfrutar del paisaje y del entorno que rodea la itinerancia de un viaje.

La atención continua a la conducción supone reaccionar ante el acortamiento de la distancia con el vehículo de delante sea por la detección de la distancia (lo que en aviación sería “ver tierra”) o por las señales (luces de frenado, por ejemplo). Una rápida y concentrada mirada por los retrovisores nos da un mapa completo de la situación en 360 grados. Y hacia el panel de instrumentación una idea de nuestra marcha.

Una lógica interna nos facilita la anticipación y es ver más allá de la parte trasera del vehículo delantero, entonces nos resulta fácil adivinar el comportamiento de este vehículo y de los siguientes (sus cambios de carril, frenadas, etc.), facilitando la anticipación.

Y no podemos permitirnos el lujo de recordar mucho tiempo la curva que acabamos de tomar, ni el giro del volante y la reducción de marchas que vamos a hacer en la siguiente. Conducir es algo que se realiza en el presente.

Lograr una visión de este tipo, supone años de conducción y millones de kilómetros. Las cosas no son tan sencillas, con la meditación ocurre lo mismo. Por ello hay que hacer un planteamiento de una experiencia de larga duración.

Meditar es la tarea más difícil del mundo. Jon Kabat-Zinn.

También es cierto que todos podemos meditar.

Muchas de las cosas que decimos sobre la conducción son intangibles y las descubres y entiendes con la práctica, no es fácil que las palabras tengan el mismo significado para todos, depende de la experiencia. Vivir la experiencia es fundamental, lo mismo sucede con la meditación. De hecho, los programas de tratamiento psicológico que incorporan técnicas de meditación mindfulness pronto descubrieron que el valor del instructor está en la experiencia de la práctica meditativa de el mismo.

Cuando meditamos, lo solemos hacer utilizando un objeto fundamental que es la respiración, en el tiempo presente. También se suele utilizar nuestro cuerpo como objeto de meditación. La introspección que supone la actitud de meditar nos mete en la carretera y como observadores irán pasando a nuestro alrededor todo el tráfico de eventos mentales (pensamientos, sentimientos, sensaciones corporales, etc.) como si se tratasen de señales y nosotros no nos iremos con ellos seremos conscientes de que están ahí, no los negamos, los observamos y seguimos profundizando en nuestra respiración (conducción).

Lo maravilloso que será algún día, encontrarte en una situación observadora y curiosa en la que puedas anticiparte a los eventos mentales y no reaccionar, sino responder maniobrando adecuadamente y llevar una “conducción” continua, sin sobresaltos. Sin pensar. En meditación la anticipación no induce los pensamientos

¿Qué hay de común?

La postura, la atención, los eventos, las señales, el momento presente.

La meditación mindfulness es prestar atención plena al momento presente sin juzgar. No hay que añadir energía a meditar, consiste en observar lo que hay en la mente.

Lógicamente esta analogía es más fácil de entender por aquellas personas conductoras que se identifican con esta práctica.

csl – labecos

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