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Anusha Barwa
@anshaaleena
En la exposición de motivos del Anteproyecto de Ley Español XX/2021, de XX de XXX, de protección y derechos de los animales trata de la necesidad de garantizar la protección de los animales en general, y particularmente de los animales que viven en el entorno humano, en tanto que seres dotados de sensibilidad cuyos derechos deben protegerse, tal y como recoge el artículo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.
El concepto de “bienestar animal”, definido por la Organización Mundial de Sanidad Animal como “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”, viene siendo recogido en profusa normativa, tanto nacional como internacional; así, el citado artículo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea señala que ha de tenerse en cuenta que los animales son seres sensibles “al formular y aplicar las políticas de la Unión en materia de agricultura, pesca, transporte, mercado interior, investigación y desarrollo tecnológico y espacio…”
En España uno de cada tres hogares posee un animal de compañía, y así, según la información resultante de los registros de animales de compañía de las comunidades autónomas, en la actualidad hay más de trece millones de animales de compañía registrados e identificados. Pese a ello, hay que tener en cuenta que aproximadamente el cincuenta por ciento de los animales de compañía existentes se encuentran fuera del control oficial, al no estar identificados legalmente, con el riesgo que ello supone, no solo para su adecuada protección, sino también para la propia seguridad y salud pública
La tenencia de animales de compañía debe llevar aparejada una responsabilidad a la altura del cuidado que se debe dar a un ser diferente a una cosa, por lo que la tenencia de animales de compañía debe suponer un compromiso con su cuidado en el transcurso del tiempo, identificación y con su integración en el entorno
Parece una evidencia, pero no es así. Muchas personas pecan por defecto (aquellos que creen que los animales están a nuestra disposición y cuando ya no cumplen la función para los que los hemos tenido. Los abandonamos a su suerte o les hacemos el favor, acabando vilmente con ellos, para que no sigan malviviendo). Otros pecan por exceso haciéndose “veganos” (somos seres omnívoros y lo necesitamos para nuestro buen funcionamiento) o haciendo valer de forma exagerada (por la relación emocional, también exagerada que mantenemos con ellos) la consideración de ser animales afectivos que nos dan el afecto, la atención y el cariño, que nos niega la sociedad próxima en la que vivimos y el acatamiento de las normas que ponemos en nuestro quehacer diario.
En las culturas orientales los seres sintientes
El budismo considera que comer carne es éticamente correcto, pero éticamente incorrecto el hecho de matar en sí, por lo que además de oponerse a matar directamente a otros seres sintientes, también se opone a pagar a otros para que los maten por nosotros o a aceptar como regalo carne de animales matados para nosotros.
El primer precepto, que atañe tanto a laicos como a monjes, consiste en no matar a ningún ser sintiente, más sin embargo la ingesta de carne no es considerada como matar en sí misma. Al comer los alimentos solo existe la intención de alimentar y nutrir el cuerpo, dentro de este marco no existirá ninguna carga karmica proveniente del acto de comer. De esta forma se soluciona la necesidad natural de alimentarnos de forma omnívoros (ser omnívoros) con respecto a matar animales- Es por esta razón que el Buda no prohibió a los monjes el consumo de carne, y les exhortó que en caso de haber visto, escuchado o sospechado que algún ser sintiente fue matado específicamente para realizar un plato para ellos, que en dicho caso no lo aceptasen, de esta manera no incidían directamente a la muerte de dicha criatura.
Desde el punto de vista del laico, la adquisición de la alimentación es más activa, este si puede decidir en mayor amplitud cómo o de donde adquiere su alimentación; y desde este punto de vista lo ideal es realizar el intento de reducir dentro de lo posible cualquier incidencia negativa directa que esté generando mediante su fuente de alimentación seleccionada.
Cuando adoptamos el primer precepto de no matar nos comprometemos a evitar, dentro de nuestras posibilidades y nuestra consciencia, ser responsables directos en la muerte de seres sintientes.
https://respuestasveganas.org/pregunta-que-dice-el-budismo-sobre-los/
En cursos y retiros de aprendizaje de técnicas de meditación, tipo mindfulness, como Vipassana, se exige el precepto durante el retiro, de abstenerse de matar a cualquier criatura.
¿Dónde está el equilibrio que pueda hacer convivir el respeto a la dignidad y compasión hacia los seres sintientes y la exageración que puede llevarnos a extremos psicopatológicos?
Como podemos posicionarnos en los casos de investigaciones con animales que se consideran fundamentales en investigaciones para encontrar tratamientos de enfermedades mortales y raras para los humanos.
Evolucionamos y cuando pensamos en aquel conejito, cuando jugábamos y acariciábamos, que un día, sin nosotros saberlo, paso a darle sentido al conejo a la cazadora, receta muy alabada por algunos adultos. O el cabritillo que nos ayudaba a perder la pereza de levantarnos de la cama para ir a visitarlo a su establo y contemplar aquellos saltos increíbles, desapareció el día grande de fiesta.
Hay que llegar a estos múltiples recuerdos para que la ética pase a un primer plano. No todos son demonios visto con el estómago lleno. Hay gente que le duele el bogavante cuando vivo lo cortamos para cocinarlo a “arroz a banda”. Todos estos dolores, sensibilidades y desencuentros están ahí.
csl – labecos