Conferencia de las partes para el cambio climático
Acaba de comenzar 071122 el COP27 que se celebra en Egipto hasta el día 171122, el día de las “soluciones” (de buenas intenciones/de los incumplimientos/de las alabanzas,…). Un evento más en el que la humanidad podemos poner remedio a muchos de los males que pronostican, acechan y ya sufrimos.
Existe un cierto desdén y cansancio en la sociedad por tener que tragar con los incumplimientos anteriores y esperamos en la inacción hasta el día 17 (el día de las soluciones) para ver que se acuerda. Entretanto la vida sigue, el sol sale, las políticas y procedimientos para intentar paliar alguno de estos males, duermen en los cajones y a nivel internacional las “joyas de la corona” se van deshaciendo.
Ya no sabemos si las guerras son disputas, aprovechamientos, o disculpas para no cumplir. El deterioro sigue y la irreversibilidad se hace cada vez mas patente. En unos días sabremos alguna conclusión.
Apostamos por Educación para la vida, no educación para vivir en un sistema fallido que nos condujo a la (emergencia medioambiental) actual y que se autofagocita con las fakes news y el no reconocimiento del resultado de su principio de funcionamiento, cómo son “unas elecciones libres, garantistas y hasta con control de observadores internacionales”.
La tecnología es importante, pero los portátiles y los smartphone no calman el hambre ni la sed que tendremos cada uno de los días de nuestra vida. Tampoco los podremos utilizar mirando al sol.
Estamos abocados por percepción propia y por los anuncios de los expertos a vivir tiempos duros e inéditos. Es momento de centralizar y preocuparnos de verdad por nuestro futuro. Alguien tendrá que hacer frente a los problemas globales, que como son globales son de todos. La superpoblación es uno de ellos. Los problemas medioambientales son otros.
Aunque la solución o el alivio no es individual. A nivel individual no podemos quedarnos mirando la inacción de los que tienen la responsabilidad de resolver, por tanto:
Cada uno de nosotros a nivel individual tiene que ocuparse de saber cómo sobrevivir de forma autárquica (autosuficiente) en un periodo de tiempo importante hasta que se organice un consenso mundial para salir razonablemente bien de esta.
¿Qué debemos aprender?, -a sobrevivir- (esto es educación para la vida)
Pues a disponer de agua potable para nuestro consumo y procesado de alimentos. El mar es muy grande y las tecnologías de desalación están ahí. Dotémonos de infraestructuras (acometidas y trayectos) que favorezcan la disponibilidad de este recurso básico.
La alimentación, llevamos miles de años domesticando plantas a la vuelta de la esquina para nuestro uso. Implementemos un USO SANO, démosle una vuelta a la nutrición y alimentación saludable, revisemos y diversifiquemos nuestros huertos productivos (de algo nos tiene que servir la globalización), además de ampliar mercados y vender “coca cola” a países que se mueren de hambre.
Y la energía. Hoy las tecnologías solares, mareomotrices, eólicas, y sus “mix” (hidrógeno verde, sistema de bombeo en las vacías de los embalses una vez se obtuvo la energía potencial de su desnivel, diversificación de las mejilloneras con la garantía de su producción instalando paneles solares en los polígonos) nos dan opciones para dotarnos de un consumo razonable y reportarnos los beneficios de su disponibilidad.
Por último, en lo social, atender el sufrimiento con acciones sobre la salud e higiene mental.
La práctica es fundamental y eso no lo da la teleformación, por esta razón pensar en un blend learning puede ser un punto de acertado consenso.
La formación del profesorado es fundamental para obtener algún resultado positivo. La experiencia y la puesta en práctica de la teoría es fundamental. Por tanto, habrá que ocuparse de ello
En mi opinión, esto es lo que ahora hay que enseñar con el máximo nivel de competencia. Urge empoderar la experiencia.
csl- labecos
Grazas.