La búsqueda de la Felicidad – Un proyecto de Homo Deus

El sufrimiento - La búsqueda de la Felicidad - Un proyecto de Homo Deus

La imagen es una ilustración de la ley budista, esta ley, conocida como dharma o dhamma, es considerada por los budistas como una ley universal de la naturaleza. El sufrimiento surge del deseo; la única manera de liberarse completamente del sufrimiento es liberarse completamente del deseo; y la única manera de liberarse del deseo es educar la mente para experimentar la realidad tal como es.

El primer principio del budismo es: «El sufrimiento existe. ¿Cómo me puedo liberar de él?».

La felicidad es considerada uno de los objetivos a alcanzar de los retos futuros de la humanidad junto a la inmortalidad y a la divinidad, esto ya será cosa del Homo Deus.

Si también tratamos la felicidad como la ausencia de sufrimiento entroncamos con el budismo y este nos aboca a lo mental, la meditación. Algo ya iniciado y actualmente muy de moda, así:

El budismo plantea que el sufrimiento está causado por las pautas de comportamiento de la propia mente.

La mente reacciona con deseos que siempre implican insatisfacción.

la idea central es que nosotros somos felices cuando la realidad se aproxima o coincide con nuestras expectativas, entonces para alcanzar la felicidad debemos valorar la realidad y nuestras expectativas, cuando la realidad colme nuestras expectativas nos sentiremos bien y estaremos muy cerca de exclamar «soy feliz», en ese momento. Volver a ver la imagen del principio.

Somos seres espirituales – Somos vivientes necesitados

Según las grandes tradiciones religiosas nuestra mente está formada por un yo que depende de la necesidad que da lugar a una realidad representada. Somos vivientes necesitados donde construimos nuestra realidad en forma de deseos que también generan temores y se superpone al otro yo, el absoluto, el auténtico que nos permite alcanzar la paz y el conocimiento y que es el objetivo último.

Las tradiciones premodernas del conocimiento, como el islamismo, el cristianismo, el budismo y el confucianismo, la Biblia, el Corán o los Vedas. Si, Mahoma, Jesús, Buda y Confucio.

Somos vivientes necesitados

Este es el análisis que los maestros hacen:

La necesidad se manifiesta en el yo, como deseo. El deseo, -que es el dinamismo sentido de la necesidad-, interpreta la realidad. La interpretación que la necesidad hace de la realidad es una valoración. Así los correlatos del deseo son la interpretación y la valoración. La necesidad, así interpretada y valorada, desencadena la acción.

El deseo, la interpretación, la valoración y la acción forman una unidad articulada.

Los maestros saben que atacando cualquiera de los puntos de esta cadena se desarticula el conjunto.

Sabiendo que desarticulando el tándem El deseo, la interpretación, la valoración y la acción llegamos al Ser conciencia.

Conociendo que el sufrimiento está causado por las pautas de comportamiento de la propia mente y que esta reacciona con deseos y los deseos siempre implican insatisfacción.

Y que el control de la respiración actúa como un sedante y un freno para la mente.

La respiración tiene un papel tan nuclear en nuestra existencia, que cualquier alteración de la misma crea la sensación de poner la vida en peligro. Cuando la vida se siente en peligro, todo el interés se concentra sobre un único punto: salvarla. Cuando se interviene en la respiración, lo mental no puede permitirse el lujo de saltar de uno a otro de los objetos de sus construcciones. Cuando se controla el aliento, lo mental se calma. Mientras la atención se vuelve hacia la respiración y su control, los otros intereses se desvanecen y la mente se concentra sobre un único objeto con exclusión de los demás.

Nos empiezan a encajar determinadas disciplinas que se postulan para ayudarnos a conseguir lo más parecido y próximo al estado de felicidad.

Hablamos del Yoga, del Minfulness, etc.

csl – labecos

Meditación Mindfulness

Meditacion Mindfulness bajo - Meditación Mindfulness

Es un tipo de meditación introspectiva, inspirada en la experiencia de las tradiciones religiosas orientales, principalmente el budismo que así lo registra durante siglos Se trata de prestar atención plena a nuestra mente para observar lo que por ella discurre, sin juzgar ni cambiar nada. ¿Entonces, que esperamos que suceda o mejore? Pues nada respecto de los eventos mentales que tenemos, pero si cambiaremos la relación que tenemos con ellos.

Los ejercicios que se practican en el mindfulness son atención a la respiración, atención a las sensaciones del cuerpo, conocimiento de lo que aflora en todo ello, pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales y de los sentidos.

En la investigación personal e interior que supone la práctica del mindfulness estableceremos la relación entre determinados eventos mentales con situaciones de dolor, estrés y angustia. Podremos disminuir y llegar a evitar estas situaciones siendo capaces de aprovechar el espacio que existe entre el estímulo y la respuesta para reconducir los efectos (de estímulo reacción) y de esta forma ganar en calidad mental y calidad de vida. ¡Ahí es en donde tenemos en nuestra mano la posibilidad de cambiar las cosas, mejor dicho, los efectos! Pero con la exquisitez que supone no tocar lo que observamos y espontáneamente lo que se nos presenta. En todo caso, esto que se nos presenta puede cambiar por sí mismo.

Porque en ese mismo instante, Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En este espacio descansa nuestra capacidad de elegir la respuesta. Y en esa respuesta, se asientan nuestra libertad y nuestro crecimiento. Viktor Frankl.

El mindfulness, que cree en la unión mente-cuerpo, atiende también la parte corporal con ejercicios moderados, como el hatha yoga, en forma de estiramientos y torsiones conscientes algo que podría considerarse como la evolución desacelerada de la edad -del pilates al hatha yoga-.

La consecuencia última de esta práctica es la mejora en las sensaciones físicas y mentales de los practicantes que toman las riendas de su vida, intensificándola, tomando conciencia de todos sus actos y aspirando a vivir una vida que vale la pena vivir.

csl – labecos

 

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